sábado, 7 de julio de 2012
Esperar a que todos se duerman, cerrar la puerta, meter la cabeza bajo la almohada, y llorar. Desconsolada, en silencio. ¿Por qué? ¿Qué por qué? Porque esas palabras me han dolido, y mucho, porque como todas, también siento celos. Es que, tampoco son todo celos. Haberlos, los hay, te lo aseguro. Pero, duele que te digan que es lo más importante para ella, y todo eso, no lo quiero recordar. ¿Dónde quedo? Quién sabe, y es más, a quién le importa. Pues a mí. Pero tranquilos, sonrío, no digo nada. Y todo bien. Y La almohada me espera...#
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario